«Caribe: cruce de caminos del mundo» El Caribe visto desde el arte Por: Liliana López Sorzano

El Museo del Barrio, The Studio Museum en Harlem y el Museo de Arte en Queens, en Nueva York, se unieron para ofrecer una exposición conjunta sin precedentes.

 

 

La obra ‘We have to dream in blue’ (Teníamos que soñar en azul), del artista puertorriqueño Arnaldo Roche Rabell. / EFE

Con más de 550 obras que recorren cuatro siglos de arte, cultura, política e historia del Caribe, se inauguró esta semana en Nueva York una muestra artística producto de más de 10 años de investigación, en la que participaron el Museo del Barrio, el Museo de Arte de Queens y el Museo Estudio de Harlem.
El punto de partida de “Caribe: cruce de caminos del mundo” es la Revolución Haitiana y según el curador de la muestra, Elvis Fuentes, ésta marca el surgimiento del primer territorio independiente en el Caribe, siendo además el primero en que se abolió la esclavitud. “Su importancia fue trascendental. Es claro que sin el apoyo haitiano las independencias latinoamericanas del imperio español, por ejemplo, hubieran demorado mucho más en materializarse. Haití inauguró asimismo las discusiones modernas sobre problemáticas tan complejas y actuales como los derechos humanos, las relacionales poscoloniales, etc”, aclara Fuentes en conversación con El Espectador.
Esta es una exposición que, a pesar de ser ambiciosa, no pretende abarcar un todo sino apuntar áreas por donde la investigación futura debería continuar. “En particular, nos interesaba explorar la relación entre Estados Unidos y el Caribe, además de otros fenómenos”, sentencia el curador. No sólo comprende las instalaciones de los tres museos en Nueva York, sino que viene acompañada de una agenda intensa de conferencias, charlas y debates.
Margarita Aguilar, la directora del Museo del Barrio, afirma que están orgullosos de presentar una investigación innovadora sobre la herencia artística de la región que muchas veces los académicos subestimaron. Fuentes comparte la opinión y confiesa que ese legado ha sido subestimado (aunque con matices) por los propios caribeños. Según el curador, la cultura sigue siendo un capítulo relegado en el desarrollo institucional de la mayoría de los países, donde ni siquiera existen escuelas de arte o las pocas que hay, por mucho prestigio que tengan, a duras penas subsisten.
La exposición está dividida en seis temas, que incluyen el desarrollo económico del Caribe, en el que se cambiaron los sistemas de plantación de caña de azúcar, tabaco y banano para pasar a las industrias de turismo; la construcción de su identidad nacional y regional; la importancia de la posición geopolítica de una región hecha de islas; la variedad de culturas, lenguas y etnias que coexisten en la región; la relevancia de la raza y su significado en la historia y la cultura visual y finalmente la percepción dual del Caribe como una utopía de placer y lugar de actividades ilegales y desviación moral hasta los mitos y estereotipos de piratas, zombis , dictadores y narcotraficantes que hacen parte de la cultura popular.
Entre los 379 artistas presentes en la muestra se encuentran Janine Antoni, los colombianos Álvaro Barrios, Nereo López, Leo Matiz, y Enrique Grau, Jean Michel Basquiat, José Campeche, Paul Gauguin, Félix González-Torres, Wifredo Lam, Hugo Larson, Ana Mendieta, Ebony G. Patterson, Amelia Peláez, Camille Pissarro, Armando Reverón, entre muchos otros.
Para Fuentes, el arte contemporáneo actual que se genera en el Caribe es sumamente rico y diverso, como la misma historia de la región. “Pero al igual que antes, es una expresión que está lista para insertarse en el diálogo internacional del arte. El problema realmente no está en la producción artística, pues los creadores demuestran a diario una enorme capacidad creativa, una gran sensibilidad y perseverancia. El problema sigue siendo la falta de apoyos locales a esos productores, desde las instituciones oficiales hasta las corporaciones, que parecen vivir de espaldas a esa realidad”.
Es esta una oportunidad para acercarse a una nueva manera de mirar el Caribe y no es extraño que pase en Nueva York, una ciudad en la que el mundo está contenido.

• Liliana López Sorzano | Elespectador.comº